Los vitrales góticos fueron uno de los principales elementos constructivo-decorativos que marcaron la forma de concebir la arquitectura eclesiástica durante los últimos siglos de la
Edad Media. Se utilizaron sobre todo en edificios como iglesias y catedrales, durante el periodo histórico que lleva el mismo nombre.
El vitral no solo sirvió para dejar entrar la luz y posibilitar la visibilidad en el interior de la edificación; también cumplió una función didáctica y simbólica, ilustrando imágenes
iconográficas que servían para instruir a los creyentes en las enseñanzas de Cristo,
la representación de escenas bíblicas, imágenes de santos y símbolos hecha anteriormente en pintura mural y escultura, al llegar al soporte de la vidriera se posibilitó darle un mayor atractivo
visual a los elementos didácticos de la escolástica.